Los 5 pasos que deben dar las empresas venezolanas para ser resilientes
La flexibilidad y la capacidad de adaptación son elementos clave para poder sortear los obstáculos de esta coyuntura, señalaron expertos durante el quinto congreso venezolano de psicología positiva
En crisis de esas que dejan a la gente «pegada del sartén» el dilema parece ser simple: adaptarse o morir. Ocurre en las empresas venezolanas, ocurre en la vida cotidiana. Unos tienen más herramientas para seguir adelante a pesar de las dificultades, y siempre surge la pregunta: ¿Por qué tú sí y yo no?
Durante el quinto congreso venezolano de psicología positiva, celebrado este martes en la Universidad Metropolitana (Unimet), se analizaron los elementos que hacen que una empresa sea resiliente. Luis Vicente García, gerente de VenAmCham y uno de los ponentes del congreso, aportó cinco en conversación con Contrapunto.
Y, como la mejor forma de explicar es con el ejemplo, contó la experiencia de una mujer que vende dulces, y que adaptó su receta, ingredientes y formas de pago a las circunstancias. «Al final termina siendo una decisión. Creo que lo que nos está pasando es que no podemos ver más allá de mañana».
1) Aunque todo parezca «arar en el mar» se tiene que definir hacia dónde se avanza. «Debemos decidir hacia dónde vamos, qué hacer y cómo manejarlo».
2) Pensar en el futuro pese al caos. «Si te vas quedar aquí, tienes que pensar en el futuro» mientras haya un mercado para el producto o servicio.
3) Definir un horizonte aunque se tenga que vivir «un día a la vez». Cuando una empresa resuelve permanecer en un contexto como el venezolano, no debe perder el pensamiento estratégico: «¿Hacia dónde voy? ¿De dónde voy a sacar al personal en medio de la diáspora? ¿De dónde voy a obtener la materia prima?». Este es un proceso interno: «Si me veo cumpliendo años el año que viene, ¿por qué las empresas no?».
4) Entender que, debido a la migración, siempre habrá gente nueva en las empresas. Esto implica que permanentemente hay que entrenar, y que posiblemente quienes no tienen preparación en manejo de personal deberán aprender sobre la marcha.
5) Pensar que el trabajador también la está pasando mal. Esa oficinista seguramente se levantó a las 4 de la mañana, no tenía agua para bañarse, llegó a Caracas en una «perrera» y dejó a su hijo enfermo. «¿Cómo se siente la gente? ¿Cómo motivar? Ese es un gran reto», remarca García.
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